jueves, 5 de enero de 2012

Avientu

Ha pasado tiempo.  Poco a poco hemos llegado a a ver el final de otro año. Avientu tiene 31 días. 31 días llenos de experiencias y situaciones, repletos de risas. En esos días hubo tiempo para todo. Reuniones con amigos, comidas, cenas, comidas, cenas, preparativos para la llegada del gordo de barba blanca y para la llegada de un nuevo y esperemos esperanzador año. Paseos por la ciudad en busca de volver a sentir y respirar lo que la xente llama espíritu navideño y que yo creo que se lo que es. Subirse en un árbol y observar a las personas ir y venir , prisas y más prisas por comprar. Ver a los niños correr detrás de las madres, felices, sonrientes, tal vez gracias a la llegada de las vacaciones, tal vez con la llegada de la navidad, de Papa Noel, de los reyes, de regalos y juguetes... O tal vez porque son niños  y juntado con todo lo anterior consiguen tener una felicidad que contagia a los adultos. Avientu llega con Cenas de empresa y cestas de navidad. Más o menos divertidas, más o menos abundantes, siempre agradecidas y pocas veces valoradas. Un mes en el cual la lluvia nun apareció, las nieves dejaron de asistir y donde el frió siempre estuvo más o menos presente. Un mes en el cual todas las ciudades se engalanan, donde un atardecer es más esperado que nunca, donde la gente mira hacia las luces y recuerdan todo lo bueno y malo del año, lo más o menos duro del llegar hasta aquí y donde se sacrifica mucho por la felicidad de los demás. Avientu mes de hipocresia y falsedad, donde todos son felices, donde se cena y come con gente a la que nun ves ni hablas el resto del año, donde las enemistades quedan apartadas y adornadas por cumplidos y palabras vacías. Avientu, que más se puede decir de esti mes..... tal vez es el mes que más promesas se hacen y nunca se cumplirán. Promesas año tras año mencionadas con tal convencimiento de hacerlas realidad que nos olvidamos de llevarlas a cabo. Mes de viajes y compras. Mes de huelgas de medios de transporte y de supermercados. Ventana a ofertas rozando el chollo y a atracos a mano armada por una simple barra de pan. Abusos de mil y un tipo, donde todo se perdona y se da por echo de que es normal. Avientu, mes donde el Rey nos dedica unas palabras más que estudiadas y donde unos niños pueden trabajar en la tele tocando las bolas del respetable. La ilusión de que te toque un gordo que nunca te evitará que dejes de currar, pero que siempre ayuda. Avientu..... Avientu mes de dos caras, mes de ilusión y depresión.......

Atrás queda el disfraz rojo y blanco, atrás quedan los programas pregrabaos de las televisiones, la ropa interior roja, las fiestas con colonia por bebida con macro cenas con cientos de personas desconocidas y donde todos terminamos concentrados comiendo uvas a la misma hora en la que una carroza se convierte en calabaza.


Avientu se fue y dejó una ventana mirando al futuro, siempre hace lo mismo. El futuro es cada día más incierto, más imprevisible y puede que más duro. Miro por esa ventana y solo veo retos, batallas que librar, amigos que perder y sobre todo ganar. Risas y lloros, alegrías y desilusiones todas están juntas y esperándonos al otro lado de esa ventana que se nos abrió el último día de Avientu.