domingo, 5 de febrero de 2012

Camino a Letavia

Su mirada se pierde por la ventana. En la chimenea solo quedan las brasas, en la pared su espada colgada y en el arcón esta su armadura. Su alma llena de heridas que el paso del tiempo cerraran, su cuerpo lleno de cicatrices que le recuerdan lo que fue en su día. Le miro detenidamente. Quizás quiera volver a sus orígenes, a tocar la hierba mojada por el rocío de una fría noche de octubre. Quizás desee impregnarse por el olor de la vegetacion recién cortada, o simplemente pasear por su tierra, esa tierra que tanto dio a sus antepasados y espera que siga dando a futuras generaciones. Todo a cambiado, las guerras cambian todo lo que conocemos, se mueve de una u otra manera. Movimientos o cambios, que más da. El tiempo pasa y todo sigue su curso. ¿Todo? Todo no, el sigue sentado frente a la ventana. Me deslizo despacio hasta el. Sabe de sobra que me estoy acercando, pero ni se inmuta. Me deslizo sobre hasta su pierna, nada.. no ocurre nada. Subo despacio por ella, llegando hasta la rodilla... nada. Me aferro fuerte a su camiseta y subo despacio por su espalda. Llego hasta su melena y allí me enredo, siempre me gusta enrededarme en su largo pelo. Nada... no se mueve, no se inmuta. Que cojones está pasando, que le está pasando, no habla, no se mueve, sus sentidos parecen dormidos, su respiracion pausada. Rodeo suavemente su cuello, un cuello más ancho de lo normal, fuerte y robusto para algunos, enfermizamente ancho para otros y suavemente pongo mi cara enfrente a la suya. Él me mira y cogiéndome suavemente me vuelve a meter en el terrario.

"Tranquila mi pequeña Tyler, nun me pasa nada. ¿Quieres saber más de mi?  ¿Quieres saber mis pensamientos y mis ideas? Todo está escrito en este libro. Presente, pasado y quizas el futuro. Todo aparecerá reflejado en el libro Camino a Letavia. Quizas asi y solo asi llegues un dia a comprenderme mi fiel amigo"

Esas fueron sus ultimas palabras antes de que me metiera en el terrario y despues de unas vueltas por el me enroscara sobre mi mismo y esperara a la comina, no sin ello pensar en sus palabras.