domingo, 23 de octubre de 2011

El Bosque del Infierno

Me he colado en su mochila. El lo sabia y me ha dejado ir con ellos. Hoy tocaba estar en contacto con la naturaleza. Una naturaleza fría, suave y salvaje. El destino estaba claro, otra cosa claro era como llegar hasta esi punto de salida que se pusieron desde un comienzo. Todo estas aventurillas tienen su encato, no solo el facerlas, sino el prepararlas o simplemente el llegar al punto de origen. Por suerte o más bien por comodidad existe Internet y eso a la hora de programar algo facilita las cosas. Con la ruta enfrente yo veía que todo iba por los cauces programados, así que en poco más de una hora se había llegado al principio del bosque.


 La humedad se sentía, Era todavía temprano y el roció aun no se había ido. Los rayos del sol se asoman entre las ramas del área recreativa. Los arboles nos saludaban con un breve sonido de sus ramas y nos obsequiaban con sus frutos de temporada. Un manto marrón nos indicaba el camino, nos invitaba a descubrir sus secretos. La verdad es que hacia mucho que no me metía en la mochila para tocar la naturaleza y he de reconocer que esta ruta es toda una pasada. Apartada de la civilización y de las masificaciones de las rutas más conocidas, esta te adentra en el bosque, que como bien recomendaban en otoño es una época más que adecuada para poder disfrutarla. No me pareció que fuera difícil de hacer y más si te dedicas a mirar los contraste de marrones del otoño y los verdes de la vida que desprende. Es fácil dejar escapar tu imaginación, pensar que estas en un mundo de fantasía viviendo en fragmentos de películas.... ser por un momento en protagonista, el protector del anillo, el heredero de un reino en peligro, el caballero en busca de una poción para salvar a tu amada. Pero hoy no era esa héroe, no era ese caballero..... hoy solo era un reptil acariciando a la naturaleza, dejandome que el agua del rió tocase mis escamas y que sus murmullos me embriagaran hasta llegar aun estado de calma tranquilidad. 

El día acompañó pues el sol no paró de brillar en todo el día, la temperatura fue agradable nunca llegamos a sentir el bochorno del verano ni el frió del invierno.El camino discurre en su mayor parte al lado del rió. Un rió que en un a buena parte del camino tiene  unas mini cascadas con una pozas muy dignas de disfrutar... pero por muy bien que estuviera el día el agua estaba fría, muy muy fría, así que mejor imaginarnos que estaría bien remojarse en el rió y a seguir con el camino a ver cuales serian las sorpresas que nos encontraríamos mas adelante.
Musgo, mucho musgo y de muchas variedades nos protegían en los alrededores del camino, un musgo húmedo y suave... muy muy suave hacia que no parase de mirar las que tomaban al cubrir arboles caídos, rocas o simplemente posados sobre la tierra. Una tierra que aun le costaba creer que no estuviésemos en verano y dejaba asomar alguna que otra flor en un camino que serpenteaba en busca de un final que nunca llegará pues esto no es un sueño en el que se despierta en el mejor momento.
El camino llega a un bosque de pinos adornado por unas enormes piedras vestidas de musgo que dan paso a un claro y a un camino de montaña en el que dos picos nos saludan para decirnos que es el final del trayecto..... es el momento de un buen tentempié, disfrute de la naturaleza y descanso merecido, bajo un sol radiante y un cielo azul.




Después del descanso y de jugar con el agua del rió decidimos bajar. La bajada fue mucho mas rápida que la subida, dedicándonos a falar de mil y un historias de parecidos del camino con autenticas películas terror.... ya no eramos los caballeros salvadores de princesas, más bien eran jóvenes que huíamos del asesino de la mascara de jockey o de los típico salteadores de caminos en busca de victimas con las que jugar a sus macabros juegos.... Pero entre conversaciones de historias y aventuras varias iban recogiendo esos frutos caídos del suelo y saboreándolos, recordándonos que la madre naturaleza siempre estuvo ahí que Gaia existe y que la comida rápida se encuentra en la tierra y en los arboles..... y seguro que mas sana que la otra

2 comentarios:

Xania dijo...

muchas gracias de corazón por volver a hacerme sentir los bosques de Asturias a través de tus palabras... me he emocionado recordandolos e imaginando que paseaba por ellos de nuevo. Un abrazo.

Señor del Metal dijo...

De nada rapacina. creo ke ya va siendo hora de ke vuelvas a sentir el aire otoñal de los bosques astures. Epoca de castañas asadas y sidra dulce..... uhm se me esta faciendo la boca agua con solo pensarlo.