Noche de caza

Otro dia más. Llueve. Siempre llueve. En esta maldita ciudad llueve tanto que hasta se encharca el alma. Hoy la hierba esta más alta, más verde, más alta. El sol se pone otro dia mas y bajo esas nubes negras se intuye el contorno de la luna. Una luna redonda y grande. Los sabios dicen que es señal de buenos augurios. Tengo hambre. Saco la lengua en busca de algun rastro.... nada. Espero. Llueve y el cielo empieza a depejarse. Sigo sin olfatear comida y decido ir en busca de ella. Al final parece que va a  hacer una buena noche. Subo a lo alto de la colina y veo la ciudad. Esa ciudad llena de luz, vida, movimiento, es ahi a donde tengo que dirigirme, algo dentro de mi me lo dice.

La ciudad, un sitio donde los humanos viven unos encima de otros, donde las prisas por llegar a un sifin de sitios gobiernan sus vidas, no les envidio. Comen de pie y rapido, duermen solo hasta que un ruido infernal les despiesta. Me gusta observarlos, a veces me recuerdas a una colmena de abejas. Todos tienen una funcion, para que su ciudad funcione.....creo

La noche al fin ha despejado. Noche mágica dicen algunos, no se si será verdad, pero esta noche toca cenar y a por la cena voy. Olfateo nuevamente el aire y lentamente me dirijo hacia la ciudad. Alli hay comida, deve de haber comida. El ruido de ella me aturde y me invade todos mis sentidos, "¿como algo puede vivir asi?" El suelo es frio, duro y frio, no podre esconderme enterrandome en esta parte de la ciudad, tengo que seguir hasta encontrar tierra, plantas, arboles, tengo que seguir. Me he vuelto a esconder entre unas piedras, ahora si estoy entre la naturaleza, entre una zona donde poder cazar, comer, dormir, huir si es necesario.... un terreno que conozco al fin y al cabo. Olfateo.......SI, lo encontre, está cerca, muy cerca. Levanto la cabeza por encima del cesped y rastreo el olor con mas ansia, con mas precision. SI, esta comiendo los restos de un bocadillo, no ha notado mi presencia, bien muy bien, es el momento, alla voy. Repto rapidamente, sin rodeos, sin sigilo, directo a la cabeza. Mierda, idiota de mi, se ha enterado, no se mueve, pero ha dejado de comer, esta mirando a su alrededor buscando al cazador. Cambio de tactica, lenta y sigilosamente tengo que ponerme enfrente de él. Su rastro hace que me sea dificil aguantar el ansia de darle un abrazo rapidamente, tengo que tener temple, ser frio, mucho mas frio que de costumbre. Me acerco, lentamente, rodeandolo poco a poco hasta ponerme delante de el. El me mira, yo le miro. Estamos asi un buen rato, ninguno de los dos se mueve, el no sabe que hacer yo se que tengo que asltar a por el, solo espero el momento, el momento en el que el crea que ya no soy un peligro. Muevo la cabeza lentamente, derecha e izquierda, una tras otra, movimientos muy pequeños y muy suaves. Se me queda  mirando, se muy bien lo que significa ahora su mirada, su mirada ya no es de alarma, ya no ve peligro, ya no soy peligro, si eso es lo que busco, que se relaje, que se tranquilice. Es el momento, salto rápido a morderle la cabeza y con un rápido giro abrazarlo hasta  oir sus costillas crugir. Mierda otra vez, ¿y esa explosión?  De donde ha salido, lo ha alertado y de un salto me ha esquivado y lo peor de todo se ha ido corriendo horrorizado. No no por mi, por la explosion. Otra, otra y otra más. El cielo brilla. es de noche y parece como si el amanecer tuviera ganas de salir. Luces, luces en el cielo, cientos de luces en el cielo, de miles de colores y formas. No entiendo que es esto, ¿A eso se referian los sabios? No lo entiendo pero me gusta. Hoy se que no cenaré, hoy se porque devia de bajar a la ciudad. Me gusta, su ruido, su luz.... su olor